La titiritera Irma Abirad, profesora de la escuela dramática del SODRE, enseñaba dicción e interpretación poética hasta el año 1940. Al cerrar éste por falta de fondos y ante la incertidumbre de que hacer junto a sus alumnos, se encuentra con la obra del célebre maestro argentino titiritero Javier Villafañe, libro que le habría entregado Julio Bladeguer.
Se propone entonces trabajar las obras clásicas igual que en el teatro a través de los personajes. Una vez conformado el elenco de titiriteros el entonces presidente de la comisión de fiestas de la Intendencia capitalina "Me dijo: Los contrato". La propuesta era salir a realizar funciones por los barrios durante el carnaval.
La primera obra que interpretó la compañía pertenecía a Villafañe, en homenaje al autor que la inspiró a emprender el camino.
La actuación callejera inaugural fue en Villa Biarritz. Allí el elenco de Maese Pedro interpretó "Los habladores" de Cervantes. El éxito fue rotundo.
Abirad recuerda que la crítica de la revista Mundo Uruguayo se tituló "Cervantes en la calle".
Después del carnaval, el trabajo no cesó. Para cada espectáculo se hacían nuevos títeres y así se elaboraron cientos de piezas. No faltaron los viajes. El elenco se presentó en todos los rincones del país y se trasladó con frecuencia a Porto Alegre o a Buenos Aires.
Hacia 1963 Abirad asumió la Dirección de TV Educativa de Secundaria. Pero nunca dejó los títeres.
En París conoció a quién la consideró su discípula Marcell Temporal. En Moscú conoció a Obratzov y a Margareta Nicolesku quién le envió varios títeres desde Rumania.
Pero además de los que trajo de sus propios viajes, la profesora siempre solicitó a cada amigo que viajaba al exterior que le comprase títeres. Aquellos que llegaban desde otros países se sumaban a los que recibía de regalo. Así se hizo de la muñeca teothiuacana del Siglo VI después de Cristo, la cual se exhibe en el Museo Vivo del Títere.
Abirad tiene un cuento para cada títere. También para los que perdió cuando el sótano de la casa de una amiga (donde los tenía) se inundó. "lloré varios días" contó al evocar el episodio. "Los que se salvaron estaban en mi casa, pero perdí casi 200" Los que se sobrevivieron se exhiben hoy en Maldonado.
Dirección: Paseo San Fernando, 25 de Mayo esq. Sarandí Maldonado.
La titiritera Irma Abirad, profesora de la escuela dramática del SODRE, enseñaba dicción e interpretación poética hasta el año 1940. Al cerrar éste por falta de fondos y ante la incertidumbre de que hacer junto a sus alumnos, se encuentra con la obra del célebre maestro argentino titiritero Javier Villafañe, libro que le habría entregado Julio Bladeguer.
Se propone entonces trabajar las obras clásicas igual que en el teatro a través de los personajes. Una vez conformado el elenco de titiriteros el entonces presidente de la comisión de fiestas de la Intendencia capitalina "Me dijo: Los contrato". La propuesta era salir a realizar funciones por los barrios durante el carnaval.
La primera obra que interpretó la compañía pertenecía a Villafañe, en homenaje al autor que la inspiró a emprender el camino.
La actuación callejera inaugural fue en Villa Biarritz. Allí el elenco de Maese Pedro interpretó "Los habladores" de Cervantes. El éxito fue rotundo.
Abirad recuerda que la crítica de la revista Mundo Uruguayo se tituló "Cervantes en la calle".
Después del carnaval, el trabajo no cesó. Para cada espectáculo se hacían nuevos títeres y así se elaboraron cientos de piezas. No faltaron los viajes. El elenco se presentó en todos los rincones del país y se trasladó con frecuencia a Porto Alegre o a Buenos Aires.
Hacia 1963 Abirad asumió la Dirección de TV Educativa de Secundaria. Pero nunca dejó los títeres.
En París conoció a quién la consideró su discípula Marcell Temporal. En Moscú conoció a Obratzov y a Margareta Nicolesku quién le envió varios títeres desde Rumania.
Pero además de los que trajo de sus propios viajes, la profesora siempre solicitó a cada amigo que viajaba al exterior que le comprase títeres. Aquellos que llegaban desde otros países se sumaban a los que recibía de regalo. Así se hizo de la muñeca teothiuacana del Siglo VI después de Cristo, la cual se exhibe en el Museo Vivo del Títere.
Abirad tiene un cuento para cada títere. También para los que perdió cuando el sótano de la casa de una amiga (donde los tenía) se inundó. "lloré varios días" contó al evocar el episodio. "Los que se salvaron estaban en mi casa, pero perdí casi 200" Los que se sobrevivieron se exhiben hoy en Maldonado.
Dirección: Paseo San Fernando, 25 de Mayo esq. Sarandí Maldonado.